Bailar, si, bailar. Ser como aves de hielo y tener la convicción de que juntándonos nos hará bien el calor.
El calor, sentir como nos derretimos, tal vez sea el olor de tu perfume o las miradas que me echas, tal vez que me pongas más cerca de tu pecho, que oiga sus latidos.
Cuerpo a cuerpo nos quemamos como dos pájaros de hielo, como dos aves fénix salidas del paraíso.
Cuerpo a cuerpo con el frío que me quema las entrañas de esta ausencia que debilita, en gran medida, mi paciencia.
Y quiero darte la experiencia que me dieron los años y el vivir apartada del rebaño que sigue una corriente que los lleva al redil.
Soy un cordero con piel de lobo, que vive entre lobos y más carnívoros, soy una oveja con lana de oro, que busca un camino.
El de tus dedos sobre mi espalda.
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