martes, 28 de enero de 2014

Quisiera proponerte un trato: Pon el corazón y yo no dejaré de cuidarlo. Prometo darle cobijo caliente y el mejor ambiente que pueda crear en el caos que es mi pecho. 

No le faltará nada, lo cuidaré mejor que al mío. Prometo reconstruir mis paredes para adaptarme a sus necesidades. Los cimientos inestables que forman mi coraza se volverán débiles ventanas a mi alma, podrás escuchar lo que soy y siento, ver que nada de mí te falta.

 Prometo darle abrigo y apretarlo contra mí hasta que forme parte de mi cuerpo como hago yo de ti. Recuerda que, en tu pecho, viven dos corazones y que, en el mío, no retumba la ausencia de haber elegido dónde dejar mi corazón, hace tranquilizadora y grata la experiencia de que bombee lo que siento a tu cuerpo. La manera de sentir.

 Y elegirte a ti, mi manera de vivir.

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