sábado, 8 de diciembre de 2012

..

Paseando mis manos por tu espalda, buscando los huecos entre tus hombros para deslizar mis dedos. Así sí que se pasa el tiempo volando. 
Deslizar sobre tu columna vertebral, como si cantara la más dulce nana a un niño muy pequeño.
Como si en cada caricia te diera parte de mi alma.

Empieza a hacerse de noche, y es de noche en mi mente también. Últimamente en mi mente es de noche siempre. Siempre.. excepto cuando oigo tu voz. Son pocas  veces, tan pocas que me cuesta encontrar algo de luz en mis días. Entonces, pienso en ti. Pienso en todas esas veces que paseábamos juntos y me cogías de la mano, me parabas y me besabas, como si se te olvidara algo. Me hacías parar para besarme. Y seguías caminando. 
Y yo con esa cara de idiota. 
Empieza a anochecer y la oscuridad no me gusta. Ya llevo varios días dentro de ella, pero aguanto bien. Aún no me ahogo aunque sé que este mar es profundo. Sigo navegando dentro de una balsa, y esa balsa son los recuerdos a los que me aferro para no volverme loca. Los recuerdos a los que me agarro para no hundirme aquí. 

Aparece una luz. Un mensaje. Un trocito de tu voz, tal vez una de tus grabaciones mientras oigo música. Y sonrío, alumbrando la oscuridad que me rodea. Y entonces es cuando mi cerebro despierta y me pide que continúe. 

Y doy un paso más, por la mañana. Te doy los buenos días y sonrío como una idiota frente al teléfono. Porque quiero que sepas que sigo aquí, aunque esté a muchos kilómetros de distancia.. sigo aquí. 

Y daría lo que fuera por pasear mis manos por tu piel, como cada mañana.. y que el tiempo aquí se me pasase tan rápido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario