domingo, 23 de junio de 2013

Huir

Y te das cuenta de que todo ha acabado. Y no quieres más que huir.
Romper todo lo que queda a tu alrededor. Romper el suelo a cada paso. Tirar a la basura las lágrimas.
Tal vez volver atrás en el tiempo, porque siempre queda eso.
Buscar dónde te has equivocado. Buscar qué necesitas.
Pero sabes que no va a ser nada lo mismo.

Que ya no despertarás y le verás dormir a tu lado.
Que ya no volverás a levantarte a hacerle el desayuno y te interrumpirá con un abrazo.
Que ya no volverás a gritarle que no quieres discutir.
Que no te volverá a gritar que eres lo que más quiere.
Que no veréis esas series que sólo compartíais con vosotros.
Que no volverás a sacarle de quicio con los diálogos de tus películas favoritas.
Que no te dirá que te queda bien el pijama, o que te lo quites.
Que no volverás a oírle roncar, ni a oírle gemir.
Ni siquiera un "te quiero".

Aunque sea lo que más necesites.

Y deseas que, al irte, suene tu teléfono y te diga "es sólo una broma, es todo una broma, no ha pasado nada, vuelve, por favor, vuelve..."

Pero no lo hace. Tu teléfono no suena. Pasas días pendiente de que vuelva a hacerlo.
Lo miras cada dos, tres minutos. Miras su nombre en esa pantalla. Entras en tus redes sociales, miras las fotos, ves que ya no están. Que lo ha borrado todo. Que no has existido.

Y te cuesta creer que no pueda volver a apretar tu mano contra la suya, a dejar sus dedos en tu espalda mientras hacéis el amor.
Que no vas a poder volver a llorar sobre su hombro hasta que te diga "está bien, ya ha pasado todo."

No vas a poder volver a hacerlo y es algo que, a algunos, nos cuesta asimilar.

Vas quedándote solo. Tan solo como nunca, cuando sus amigos y los tuyos no eran comunes, cuando todo empezó, con un simple "hola" o cualquier otra frase estereotipada. Diferente a las demás, porque esta vez es diferente a las demás.
Esta frase es diferente a las demás solamente por haber salido de sus labios.

Y tienes una gran historia de amor que contar, todos tenemos una gran historia de amor que contar, esa misma que aún a día de hoy escuece.
Aunque hayan pasado meses, años, escuece.

Como una herida que nunca acaba de sanar. Aunque dejes de tocarla.

Y te das cuenta de que todo lo que has pasado, todo lo que has vivido y has hecho por amor, ha servido para llevarte a esto. A lo que eres ahora.

¿Qué eres ahora?
¿Qué has decidido ser y hacer con tus recuerdos?

Yo tengo claro qué fue lo que hice yo con todos ellos.
Huir.

¿Y tú?

No hay comentarios:

Publicar un comentario